martes, 28 de octubre de 2014

La Cascada del Purgatorio

Hace ya algún tiempo que tenía ganas de añadir al blog algunas excursiones de agua en el entorno de Madrid. Inauguramos esta sección con una de las rutas más típicas del valle del Lozoya: las Cascadas del Purgatorio. Se trata de un paseo agradable, accesible para casi todos, en el que iremos acompañados por el arroyo del Aguilón a lo largo de prácticamente todo el camino.


El valle del Lozoya es la "despensa de agua" de Madrid. En él se acumulan la mayor parte de nuestros embalses, desde los cuales el agua fluye por gravedad hasta la capital. Esta excursión nos lleva a lo largo de uno de los principales afluentes del alto Lozoya, el arroyo Aguilón, en suave ascenso desde el Monasterio del Paular hasta prácticamente alcanzar su nacimiento en las Cascadas del Purgatorio.

Ficha técnica

Recorrido: Monasterio del Paular (Rascafría) - Cascada del Purgatorio -
Monasterio del Paular (Rascafría). Ruta circular.
Longitud: 11 kilómetros.
Dificultad física: Fácil.
Dificultad técnica: Fácil. Hay algún tramo corto en el que hay que subir y bajar alguna roca. Si queremos llegar hasta la segunda cascada la dificultad técnica se incrementa notablemente, pero no es necesario hacerlo en absoluto.
Duración de la ruta: Dos a tres horas.
Distancia desde Madrid: 80 kilómetros.
Acceso en coche: Salir de Madrid por la A-1, tomar la salida 69 en dirección Rascafría por la M-604. Tras atravesar esta localidad se llega casi inmediatamente al Monasterio del Paular, en cuyo aparcamiento podemos dejar el coche. Si está lleno, también es posible acceder al aparcamiento de Las Presillas, que está un poco más adelante.
Acceso en transporte público: Línea 194 de autobús desde Plaza de Castilla hasta Rascafría (para en Guadalix, El Molar, Venturada y La Cabrera, entre otras localidades).
Época del año: Se puede hacer en cualquier momento, pero quizá es mejor en primavera u otoño. En primavera, con el deshielo, el arroyo y las cascadas suelen llevar más agua, mientras que en otoño tenemos una gama de colores rojos y amarillos que vale la pena ver. En verano hay posibilidad de baño (sobre todo en Las Presillas), y en invierno es fácil encontrar nieve.

Itinerario

Este es el itinerario de la excursión visto sobre el mapa topográfico 1:25.000, con algunas fotos para favorecer la orientación sobre el terreno. Pulsa sobre la imagen para verla más grande.




1. Arrancamos del aparcamiento del Monasterio del Paular. Según salimos giramos a la derecha a lo largo de la carretera principal.

2. Recorridos apenas cien metros, justo enfrente de la entrada del Hotel Santa María del Paular, encontramos una puerta de piedra. La atravesamos e inmediatamente cruzamos el Puente del Perdón.

3. Seguimos una recta de asfalto durante quinientos metros, hasta llegar a un cruce de caminos. Ignoramos los que salen a derecha e izquierda. Podemos seguir recto por la pista de asfalto o bien atravesar la pequeña portilla donde hay un cartel de "Peatones" y seguir el sendero que va paralelo a la carretera. Si escogemos esta segunda alternativa, más agradable, al llegar al aparcamiento de Las Presillas deberemos reincorporarnos a la pista de asfalto.

4. Seguimos la pista principal, que pronto se torna de tierra. Vamos dejando a nuestra derecha la tapia de piedra de la zona recreativa de Las Presillas. Si es verano podemos aprovechar para darnos un baño. A lo largo de aproximadamente un kilómetro iremos viendo distintas sendas que salen hacia nuestra izquierda. Nosotros tomaremos siempre la alternativa de la derecha, es decir, nos mantendremos en la pista principal.

5. Unos cien metros después de dejar a nuestra izquierda una pequeña explotación ganadera encontramos una bifurcación marcada con unos postes de madera en los que se indican distintos recorridos senderistas. La pista principal sigue hacia la izquierda, pero nosotros tomaremos el camino de la derecha, que es algo más estrecho. Aunque se puede seguir por la pista principal, nuestra variante es bastante más bonita. A partir de este momento, y hasta que lleguemos al puente, ignoraremos todas las bifurcaciones, escogiendo siempre el camino de la derecha: la regla de oro es seguir siempre el arroyo del Aguilón.

6. Pasados unos dos kilómetros llegamos a dos portillas cerradas. La de la derecha, más pequeña, es la nuestra. Tras cruzarla veremos un puente donde nuestro sendero vuelve a confluir con la pista principal. En vez de cruzar el puente, seguimos de frente por un estrecho sendero que nos seguirá llevando junto al arroyo, dejando este último a nuestra derecha.

7. Llegamos a una portilla cerrada al paso donde hay un cartel informativo sobre las Cascadas del Purgatorio. Tenemos que tomar el estrecho sendero de la derecha, siguiendo la tapia de piedra que rodea el terreno particular. A partir de aquí no hay pérdida posible. Solo queda seguir por el sendero dejando siempre el arroyo a la derecha, hasta llegar a la Cascada.

8. Cascada del Purgatorio. El lugar es inconfundible porque hay un pequeño mirador de madera desde el que se puede contemplar el salto de agua. Si queremos acceder a la segunda cascada deberemos superar el desfiladero. Se puede hacer sin necesidad de cuerdas subiendo por los canchales de cualquiera de las dos laderas para rodear las paredes de roca, si bien esto entraña una dificultad técnica importante. La segunda cascada es algo más bonita que la primera, pero tampoco son las Cataratas de Iguazú, así que no hay por qué correr riesgos innecesarios.

Este es el perfil topográfico de la excursión según Google Earth. Pulsa sobre la image para verla má grande.


La vuelta puede hacerse por el mismo camino o bien tomando la pista forestal al llegar al puente (línea discontinua en el mapa). Esta última es algo más larga y bastante más monótona que el sendero por el que hemos venido. Si optamos por seguirla, lo único que debemos tener en cuenta es que hay que girar a la derecha cuando confluyamos con otra pista forestal grande. Desde ahí hasta el Monasterio del Paular no hay muchas posibilidades de perderse.

Unas fotos

Por último dejo unas fotos. Muchas no van muy allá y parece que a Blogger le gusta retocar los colores por su cuenta, pero bueno, se trata de hacerse una idea. Puedes pulsar sobre las imágenes para verlas más grandes.